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EL MIEDO

  • Foto del escritor: R.
    R.
  • 15 nov 2020
  • 8 Min. de lectura

Nacemos y nos meten miedo constantemente, “cuidado con el cuchillo, con la silla, con la comida, con el enchufe, con caerte, con esa persona, etc.” Vives en un estado de alerta y de cuidado en el que no estás en paz, en calma sino preocupado, entonces nada te importa. No se puede vivir tranquilo porque está mal. Eso genera estrés, anula el sistema inmune y es mucho más fácil estar enfermo y es por eso que vives de dolores de cabeza, psoriasis, cansancio, insomnio, depresión, etc. El estrés es la peor enfermedad que hay ahora mismo en el mundo, no entiende de edades, colores o formas porque es una disposición de la mente, nada más. Si tú crees que estás mal, lo estás. El cerebro no puede diferenciar entre un evento real del ahora, o uno a futuro que creas:

  1. Te acaban de despedir y tienes miedo de no encontrar trabajo, de no poder pagar tus cuentas, de cómo se lo vas a decir al resto.

  2. Simplemente crees que te va a pasar lo mismo, aunque no haya pasado, lo imaginas en tu mente recreando el despido. Tu cerebro actúa de la misma manera.

Ambas situaciones nos traen estrés, nos hacen sentir miedo y nos hacen debilitarnos, no ser felices, no sentir amor.


Como muchos sabrán el miedo genera un estado de alerta en el cuerpo, eso hace que el sistema inmune deje de funcionar, porque durante muchos años el miedo nos servía para defendernos de los ataques, para escapar, etc. y eso hacía que necesitemos más energía de la normal para atravesar ese momento. Si estás en una situación de peligro pueden pasar tres cosas: Que salgas corriendo, que no sepas qué hacer o que ataques, en cualquier situación, el miedo causado hace que tu cerebro ordene alguna acción y eso hace que la energía deje fluir naturalmente para canalizarla en esa acción específica, creando estrés físico y mental, que dependiendo de la situación puede ser positivo o negativo y este proceso durará hasta que te sientas a salvo, luego tu cuerpo vuelve a regularse, te alimentas, descansas y recuperas tu energía. Pero ¿Qué está pasando ahora? Todo nos preocupa, todo nos da miedo, pero como no se puede huir de uno mismo, entonces el cuerpo vive estresado y se va debilitando constantemente, porque hay un desequilibrio en la regulación de la energía. Tu cuerpo y mente te dicen que estás en peligro, pero no hay ningún peligro más allá de lo que tú te estás imaginando.

El cuerpo sigue a la mente y la mente te dice no ames “porque…” y pones cualquier excusa cuando en realidad es MIEDO. ¿Miedo de fracasar? ¿Miedo a lo que otros opinen?...

¿No tienes miedo de no vivir tu vida?


¿Por qué no sabemos lo que queremos? ¿Por qué sentimos A y pensamos Z?

Porque no somos nosotros mismos, no somos verdaderos ni sinceros. Al perder la sintonía contigo mismo ya no tienes claro qué te gusta, y miras de todo en todas partes sin llegar a estar lleno. El miedo de ver que nadie tiene lo que quiere, de ver que la gente habla más de la cuenta, de sentirte solo aun estando rodeado de gente, hace que bloquees tus sensaciones, porque si no sientes no sufres, no te planteas estas cosas y vives en un limbo robotizado en el que te olvidas de quién eres y para qué haces las cosas.


Si en vez de preocuparnos por lo que nos han dicho nuestros padres, nuestras relaciones, nos centramos en sentir lo que somos, volver a disfrutar de las cosas simple y llanamente por hacerlo, como un niño cuando juega, solo por jugar, sin un fin o un resultado. Hay que volver a disfrutar del camino y no del fin, no hay un tiempo específico para amar, estamos acostumbrados a decir cómo amar, cuánto amar, eso es imposible, el amor es algo que sientes, independiente a ti mismo. Nadie decide lo que ama, cuándo lo ama y cuánto tiempo dura, por eso preocuparse por esas cosas hace que lo limites y entonces no obtienes lo que es el verdadero amor, sino un engaño, una cárcel de oro en donde crees que todo está bajo tu control, cuando lo único que tienes es una limitación de control sobre lo que crees que estás viviendo. Una Ilusión de ti mismo en una versión pobre y limitada y lo peor es que cada uno ha construido su propia cárcel y no somos capaces de admitirlo y liberarnos, porque tenemos tanto miedo de lo que hay fuera, porque seguimos viviendo en el mito de la caverna después de tantos años.


La forma es volvernos precisamente eso que tememos más que nada: ser vulnerables, sensibles y abiertos. Hemos creado toda una rutina para no sentir, no descansar y estar siempre funcionando. Somos expertos en multitasking y nadie tiene que ayudarnos en nada, nos enfocamos en ser trabajadores al servicio de algo falso, jefes, personas invencibles, llenas de super poderes y sin necesidad de nada ni nadie. Abusamos del cuerpo hasta que nos pasa factura, nos olvidamos de nuestro centro y nos sometemos a relaciones que no nos llenan. Nos traicionamos una y otra vez pensando que esa es la forma correcta de no repetir la vida de nuestros padres y abuelos. Y olvidamos que la vida es única y exclusivamente ser y estar.


Cada uno es el resultado de sus acciones y pensamientos, nada más. Buscamos excusas en el pasado para justificar nuestros actos cuando es lamentable, nadie tiene que hacer nada que no quiera, ni ser lo que le dicen que es, sino ser uno mismo y nada más.


Lo más importante que debemos entender es ¿De dónde proviene el miedo?, ¿Por qué lo sentimos?, ¿Qué debemos hacer para no ser víctimas y vivir bloqueados en el miedo?

El miedo es parte de lo que somos, es natural y no podemos vivir sin él, por lo tanto, tenemos que ser conscientes de que no es malo, ni bueno, simplemente es. Es una sensación que nos puede hacer mejores o peores en función de nuestra percepción, interiorización y aceptación de las cosas. Cuando naces, el miedo, en muchas situaciones está cubierto por tus padres, cuando te cuidan, se preocupan por ti e intentan que no te pase nada malo, pero como todos sabemos eso es inevitable. Muchas veces incluso, nos meten más miedo para evitar que lo hagamos, porque simplemente tienen más miedo que nosotros. Entonces, en vez de ayudarte a atravesar el miedo, te provocan más. El miedo se siente diferente en cada uno, y si no tenemos claro que cada uno tiene sus propios miedos, es cuando empiezan los problemas. Lo más recomendable debería ser guiar, aconsejar, compartir desde el amor tus experiencias para que la otra persona tome sus propias decisiones y sienta lo que es vivir a través de sí mismo y no de otra persona.


Desde el momento en el que empezamos a hacer lo que otros quieren, estamos introduciendo el miedo en cualquier tipo de relación. Un ejemplo que me gusta comentar es el de los sueños frustrados y los errores cometidos por los padres, que van pasando de generación en generación: “Quiero que hagas esto porque te estoy dando lo que yo no he tenido y tienes que saber valorarlo. No seas un desagradecido, yo sé lo que te conviene”... Claro!, así como tu abuelo lo sabía con tu padre. Lo que tú quieras con la edad de tu hijo no es necesariamente lo que él puede querer , o tal vez sí, pero debe decidirlo él, no tú. Y aunque así fuese, lo que cada persona necesita para su camino, aprendizaje, iluminación, no es lo que normalmente creemos. Tú puedes creer que para no llegar tarde lo mejor sería que todos los semáforos estén en verde, pero quizá necesitas que estén en rojo para aprender a tener paciencia, orden, puntualidad etc. Hay infinitas maneras de ver la vida, pero solo podemos sentirla individualmente y diferente en cada uno de nosotros, lo que decidamos hacer con esa sensación es en lo que convertimos todo y es en lo que hemos convertido al mundo.


Las familias que pasan profesiones de generación en generación ya sean médicos, abogados, artistas, etc. si durante 10 generaciones todos han sido médicos de vocación, ¡pues felicidades!, habrán hecho un bien al mundo, ¡maravilloso! Pero si no es así, ojalá que nunca me toque ese médico, porque estar en manos de alguien que no vive su propia vida, ni ejerce su vocación, es algo totalmente contraproducente, porque no trabaja por amor, sino por obligación y eso hace que las personas cometan muchos más errores. No tienen ganas, el fin es el reconocimiento, el dinero, la posición, la familia, y eso hace que por ejemplo, haya médicos que modifiquen diagnósticos para su propio beneficio, o que traten mal a los pacientes, hay abogados que mienten y defienden a culpables sabiéndolo, hay personas que traicionan y engañan a otras por un trabajo, por un acuerdo, etc. muy diferente a quien lo hace con amor y entusiasmo, porque esa energía se transmite a los demás. ¿Cuántas veces oíste? lo hace mejor porque está hecho con amor o lo hizo bien porque está de buen humor. Realmente hoy en día, ¿Crees que eso no es cierto? pruébalo, haz la misma cosa con amor y con odio o fastidio... a mí siempre me sale mejor cuando es con amor.


Deja que cada uno sea quien sueña ser, si lo más maravilloso que hay en la vida es descubrir el potencial que cada uno tiene, no el que tú quieres que la otra persona tenga. Si dejamos que cada uno sea quien siente ser, y ayudamos a que lo sea, el mundo se llenará de personas que aman lo que hacen, que se aman a sí mismas y esa energía hará que todos estemos en armonía y no todo el día compitiendo, matándonos, llenos de miedo.


Ver la otra cara de la moneda, es tu decisión.


Te han despedido, ¿Puedes hacer algo al respecto? ¿Cuál es la mejor forma de hacerlo?

Primero, acepta la situación en la que te encuentras, uno de los momentos más felices de tu vida es cuando encuentras el valor de aceptar lo que no puedes cambiar. Cuando aceptas, eres consciente de tu situación y pasas al siguiente evento. ¿Qué es lo mejor que puedo hacer ahora? Aquí, debes trabajar el no tener culpa, remordimiento, y demás sensaciones de tortura que no aportan nada más que sufrimiento. Debes ser consciente de que el dolor es algo físico y el sufrimiento mental. Te rompes una pierna y te duele (dolor), pero el sufrimiento depende de ti, únicamente de ti. No debes identificarte con tu pasado, es una lección no una cadena perpetua.


Una película que recomiendo a todo el mundo y que veo asiduamente es Kung Fu Panda, justamente por la buena energía y enseñanza que transmite. Hay un momento que la tortuga le dice al panda que vivir en el ahora es un regalo, porque si te preocupas por lo que podría ser y te preguntas qué podría haber pasado, ignoraras lo que es. Lo que ES, la única realidad que existe en ti, la manifestación de ti mismo en este instante, la vida. Otro momento importantísimo es cuando la tortuga le dice que si no está en calma no podrá ver más allá de su miedo. Nada es imposible, solo lo que nosotros creemos que es imposible. Uno normalmente encuentra su destino en el camino que escoge para evitarlo, la mente es como el agua, cuando está agitada es complicado ver en ella, pero si permites que se apacigüe, calme, la respuesta aparece diáfana, clara.


Para cerrar este escrito, me gustaría compartir una frase que leí del I-ching:


“Solo cuando tenemos el valor de enfrentarnos a las cosas tal y como son, sin auto engaños o ilusiones, emana una luz de los acontecimientos que nos desvela el camino del éxito.”





1 Comment


teresayos
Nov 23, 2020

Maravilloso

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